Hacía más de veinte años que no iba a la vieja casona de veraneo de mis padres. Ahora que era mía debía hacerme cargo.
Paseando por los alrrededores descubrí, más bien reencontré, la vieja casona de capitán Bloodimir. Y pude recordar sus locas aventuras. Ahora lucía completamente abandonada. Al rodearla descubrí un inmenso galpón casi a punto de caer.
Como se me hacia tarde decidí regresar el pueblo y comprar los últimos materiales que necesitaba para iniciar las reparaciones.
- Ya, eso sería todo.
- A ver... el total es de 220 mil pesos. Y tiene quien le trabaje?
- No hace falta, yo mismo me las arreglo. Otra cosa sería arreglar la casa del capitán Bloodimir - y le sonreí-.
La mirada del hombre cambió rotundamente.
- No me dirá usted que son vecinos? Le aconsejo que ni se acerque - mientras hacía una pausa y miraba hacia los lados - la gente e incluso los animales desaparecen.
- Cómo es eso? El capitán siempre fue muy amable.
- Sí pero enloqueció hace unos diez años y luego de su muerte comenzaron las desapariciones. Llevamos 3 años de completa aislación de la casona, hágame caso, ni se acerque.
Me pareció que eran puros cuentos de gente ignorante, yo conocí al capitán y no podía ser cierto todo eso.
Al anochecer hice fuego y me dormí frente a él como cuando era niño. Cerca de las 3 A.M. me desperté por el frío y pude notar el profundo silencio que había. Antiguamente se escuchaban en la noche a los perros ladrando lejos y a los buhos cazando. Ahora nada.
Al amanecer salí a trotar, como cuando salíamos con papá, y me topé nuevamente con la casona de Bloodimir. Nuevamente noté el profundo silencio que la rodeaba. Y esta vez me aventuré a revisar ese decrépito galpón que no recordaba.
Mientras me acercaba, un barro cada vez más espeso me ensuciaba, ya no había vuelta atrás, sabía que no lo volvería a intentar, así que continué.
Dentro había un inmenso tanque de agua, con una escalera que llevaba a un pasillo en su borde superior. Me estaba devolviendo cuando sentí que algo nadaba dentro del tanque.
No podía ser. Tenía que ver qué había allí, si eran niños podían correr peligro y si era algún animal, no sé, tenía que ver.
Mientras subía noté que la escalera estaba mojada. Niños tenían que ser, jugando, entrando y saliendo del tanque.
Arriba pude ver la suciedad del agua, llena de algas, pero a nadie nadando. Sin embargo algo se movía en su profundidad. Y me asusté. Quise bajar rápido, pero me contuve, tenía que saber que había allí.
Obserbé alrededor y encontré una vara con una red en su extremo. Seguro que con eso limpiaba el tanque el capitán. La tomé por el extremo contrario y topé con algo que la agarró firmemente, forcejeamos y me la arrebató!
Fue entonces que decidí correr y al tomarme de la bandilla de la escalera para poder bajar algo sujetó mi tobillo con mucha fuerza y me levantó por el aire.
De cabeza pude ver lo que me pareció era un pulpo gigante y puder ver cómo su tentáculo me sarandeaba hasta que me llevó hasta su pico y sentí un inmenso dolor.
Ahora todo se desvanece... mi memoria funcionó flash haciéndome recordar mis últimas 24 horas, recordando luego toda mi infancia hasta... todo negro.
SECUELA