domingo, noviembre 16, 2008

Popol Vuh


Ficha Técnica

  • Autor: Anónimo
  • Título: Popol Vuh
  • Subtítulo: Las Antiguas Historias del Quiché
  • ISBN: 956-8287-54-X

Datos Importantes

Se supone que la obra original se escribió cerca de 1544 y su versión española cerca de 1701, por el fraile dominico Francisco Ximénez.

Popol es una palabra maya que significa "reunión" y Vuh connota libro o papel. De mi lectura personal quedo con la impresión que se trataba de un "libro" que reunía las viejas historias de una cultura, así como el antiguo testamento o Torah. Se divide en tres partes: creación y origen de los hombres, las aventuras míticas de los dioses gemelos Hunahpú e Ishbalamké, y finalmente la vida del pueblo Quiché desde su salida de Tulán hasta los últimos reyes asesinados por los españoles.

Comentarios del Sibarel

Las aventuras de Hunahpú e Ixbalamké resonaron en mi memoria como las aventuras de Cástor y Pólux, Rómulo y Remo, y otros hermanos famosos por sus obras (¿Jesús y Santiago?, ups!).

Pero definitivamente lo que me pareció más interesante fueron las pruebas a las que los sometieron los Xibalbá a través de sus casas de castigo, que según mi experiencia no más que un relato iniciático, el cuál se inicia con la historia de Hun-Hunahpu y Vucub-Hunahpu (Hun: uno; Vucub: siete; Hunahpu: tirador, eran muy buenos con la honda y el juego de pelota; ¿no les parecen curiosos estos nombres?).

La aventura de estos hermanos Hunahpu comienza con el desafío de juego de los Xibalbá que desde un primer momento los someten a pruebas iniciáticas.

La travesía principia por un descenso de unas escaleras muy inclinadas que los conducen a la orilla de un río muy rápido entre unos barrancos. Pasando este primer desafío llegan a un segundo río de sangre, el cuál logran cruzar sin beber.

Llegan luego a un cruce de 4 caminos: rojo, negro, blanco y amarillo (¿alguna coincidencia con nuestras 4 razas?). Pierden esta prueba pues escogen el camino negro (éste les habló) y así llegan atrasados al juego.

Los reciben unos muñecos de madera, arreglados por los de Xibalbá, a quienes saludan, demostrando su incompetencia para discernir la verdad del error. Los de Xibalbá rieron a grandes carcajadas.

Luego los invitaron a sentarse sobre unos bancos que eran piedras ardientes y sobre ellos se quemaron. Más risas de los Xibalbá.

Entonces los invitaron a pasar la noche en la Casa Oscura (Quequma-Ha). Allí les entregaron un ocote encendido y unos cigarros, pero les advirtieron que debían devolverlos a la mañana siguiente sin consumir, enteros.

Obviamente consumieron el ocote y los cigarros, por lo que los de Xibalbá deciden "castigarlos". Las principales casas de tormentos eran la Casa dónde Tiritaban (Xuxulim-Ha), dónde hacía un frío y viento insoportables, la Casa de los Tigres (Balami-Ha), la Casa de los Murciélagos (Zotzi-Ha) y la Casa de las Navajas (Chayin-Ha).

Por no haber superado la Casa Oscura, fueron sacrificados y la cabeza de Hun-Hunapú fue puesta sobre un árbol al lado del camino, mientras que sus cuerpos fueron enterrados. Pero el árbol se llenó inmediatamente de frutos, convirtiéndose en un árbol sagrado.

La historia de este árbol llegó a oídos de la princesa Ixquic, quien al ir a su encuentro, termina siendo fecunda por la cabeza de Hun-hunahpú, y asé nacen los gemelos Hunahpú e Ishbalamké, que más tarde volverán a enfrentar las pruebas de los Xibalbá superándolas ingeniosa y mágicamente.

El "renacimiento" y la superación de la ignorancia son dos grandes lecciones de este relato, que trae esperanza y libertad al Quiché. Recomiendo su lectura de todas maneras.

El Sibarel