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Por qué chucha invité a estos ángeles a mi casa? ¿Qué mierda
estaba pensando? Conociendo a estos hijos de puta… ¡son unos cochinos! Ahora
están aquí, esperando que les entregue a estos giles, ¡por la cresta! Si lo
hago va a quedar la mansaca, no puedo, ¡no puedo!
“Conocerlos quieren”, claro, como si no supiera lo que eso
implica, creerán que soy hueón; la mansaca no máh, ¡la mansaca!
“Pasen la noche en mi casa”, les dije, “estarán más
seguros”, claro con el culo a dos manos, así de seguros están. Si hasta se
pusieron pálidos los giles al ver la media turba que los espera ahí afuera.
¡Por la cresta!
A ver… piensa Lot, piensa. ¿Qué haría Abraham? Mi tío es
bacán, él siempre sabe qué hacer y además pucha que habla bonito, a mis hijas
les encanta… Pucha, mis flores, mis florecitas, no… ¡Oh, no! ¿Qué hago?
Mis flores son virgencitas, no puedo hacerles esto, pero,
pero, nah poh…. “Pasen la noche en mi casa”, cómo tan hueón, por la cresta. ¡Si mi casa la ven de todos lados! Claro que
cacharon a estos estúpidos ángeles, que pah
qué chucha son tan bonitos los giles, si parecen minas. Y brillantes los giles,
claro que todos estos cochinos lo vieron entrar, si hasta es seguro que se ven
desde afuera sus luces, ¡por la rechucha!
Mis flores, mis lindas flores, no, no, ¡no! Ufff, pero no
hay de otra, es lo único que puede calmar a estos pervertidos… ¿Y si me dicen que no los hueones? Nunca tan hueones,
¿o sí? ¡Ahhh!
Ya, a aperrar no máh, mis florecitas aguantarán, yo sé
que por Diosito lo aguantan todo, eso nos enseñó mi tío. Tal cual, aguantar no máh, que a Diosito no se le puede
decepcionar, eso no, todo menos eso. ¡Y en mi casa pah peor! ¡En mi casa!
“¡Los ángeles no! Aquí tienen a mis flores, mi niñas
queridas, son vírgenes, se las doy, pero dejen en paz a los ángeles”. Así, sí,
eso les diré aunque se me parte el alma… En una de esas estos ángeles sirven pah algo, o capaz que hasta Diosito se
raje y haga algún milagro, verán que soy un hombre bueno, no pueden permitir un
crimen así, ¿no? Ufff…
Diosito, si me estai
escuchado, pégame una ayudadita, que aquí me la juego toda no máh.