Cuando inició el viaje no pensó que llegaría al final, pero allí estaba, al extremo del arcoiris y con una olla de oro.
Se acercó para tomarla y un enano apareció, Si te vas al otro fin ahora mismo encontrarás a un bello unicornio.
Sin pensarlo más corrió a todo dar y encontró al unicornio. Al duende se le cayó el pelo y le ofreció el oro a cambio del animal, Para qué lo quieres?, Si no lo quiero a él, sólo a su cuerno mágico, Pues bien entonces te lo vendo.
Así fue que el hermoso unicornio perdió su cuerno, y el rey se hizo de su fortuna.
Siete años pasaron y el rey persiguió otro arcoiris en su flamante corsel mágico. Pero esta vez encontró al duende llorando su olla vacía, Que te pasa enano, Soy pobre como una rata devuélveme mi oro, Y el cuerno mágico?, Que no tiene magia te digo, Pues la magia no estaba en el cuerno si no en el caballo, te devuelvo el oro si le devuelves el cuerno al unicornio, Eso es imposible! Adios entonces.
Sin pensarlo más corrió a todo dar y encontró a una hermosa unicornio al otro extremo del arcoiris. Así que los cruzó y aumentó su fortuna mil veces.
Ah, sí, el duende murió de un infarto por necio y ambicioso.
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