sábado, enero 04, 2014

Doble cuerpo

Yo soy el discípulo, es todo lo que necesitan saber.
- Y no vas a explicar nada más?
- No, directo al grano, es mejor... Quién cuenta la historia, ah?
- Bueno, yo decía no más.

Esa tarde me encontraba junto al Doctor Misterio esperando que llegaran los clientes. A las cuatro en punto sonó el timbre y me apresuré a abrirles.

Era la institutriz de los niños Ranger, acompañada por ellos.

- Por favor adelante usted.
- Gracias, es usted el doctor?
- Oh no, yo sólo soy su discípulo, vamos por el pasillo a encontrarlo. Por ahí dónde se ve la luz.

- Qué bien que llegaron! Por favor usted tome asiento aquí, vengan niños por acá está bien. Discípulo tómalos de las manos y miren fijo este péndulo.
- Perdón... qué clase de doctor es usted?
- El que pidió su padre, usted mantenga la calma pase lo que pase.

Mi vista se nubló pero pronto desperté solo en un cuarto en penumbra.
- Doctor?... dónde estoy?
- Dónde debes estar, yo no lo sé, búsca rápido a los niños!
- Aquí no están, pero hay una puerta...
- Pues ábrela y búscalos.

Salí a otro pasillo en penumbras que daba a la convergencia de muchas puertas.
- Hay más de veinte puertas aquí!
- Niños griten!!

De una puerta lejana oí a la niña, así que me puse a correr en cámara lenta hasta que llegué y pude entrar.

Nada, NADIE, me había preparado para ver algo así. De primera, estaba la niña, pero sobre ella había como un huevo y aderido a él otra vez la niña pero con unos horripilantes tubos venosos que le entraban y salían por todos lados.

- Doctor... creo que tenemos un problema aquí!
- Encontraste la niña?
- Encontré dos... iguales, pero una está llena de unas venas que la conectan a una...
- Institutriz?
- No, un huevo...
- No, la intitutriz es un íncubo/súcubo que está flotando sobre los niños y de sus dedos salen unas venas que se unen a ellos!!
- Qué hago?
- Pues arranca a la niña, eso matará a su doble.
- Vale, y con qué se supone que la saque de allí? No tengo ni un cuchillo!! Puedo materializar uno? Digo, tengo ropa no?
- Tienes ropa porque toda tu vida la has tenido, eso ha creado un vínculo psíquico natural... a caso tienes un vínculo así con un cuchillo?!
- No, pero creo que esto será mejor, gracias!

Tres, dos, uno, Templario!! En un instante cambie mi presentación personal por la del Templario que fuí y desenvainé con furia mi espada.

- Libur!! Libera a esta niña!!
- Ese nombre... Acaso tienes una espada allí?
- No importa lo que sea, ya destruí esa cosa!
- Lo sé, la niña se abrazó a mí y la súcubo está sangrando profusamente, ENCUENTRA AL NIÑO!!

Con una velocidad inesperada salí de la habitación y pude oir muy lejos llorar al niño. Pero antes de llegar me esperaba en el pasillo su doble.

- Aquí esta el doble! Lo voy a destruir!
- No!!, solo el huevo o... o maldicíón, lo mataste?
- No, pero sí, me muevo muy rápido... solo corté una vena larga que salía de él.
- Pues rompiste el enlace psíquico y la súcubo se desmaterializo junto con el niño, quedaste sólo allí.
- Dónde estoy?
- En ninguna parte!!
- Y cómo vuelvo?!
- No sé... En serio tienes una espada allí, Libur dijiste?
- Tal vez...
- No me mientas ahora! Pero si tienes un objeto mágico allí, si tuviéras a Excalibur...
- Sí, sí, después conversamos, qué hago con ella?
- Pues, raja el velo de esa realidad!!
- LIBUR LIBÉRAME!!

De pronto desperté frente al Doctor.

- Ahora explícame, discípulo! Bah!
- Bueno, sí soy su duscípulo, pero usted no ha sido mi único Maestro.
- Así veo, ven acá.

Dicho eso colocó una mano en mi frente y la otra sobre mi corazón.

- No lo puedo creer!
- Basta, no hay tiempo para eso ahora. Como recuperamos al niño?
- Está en el mundo espiritual ahora mismo, tendrás que ir por él.  El portal debe estar en algún rincón de la casa.
- Cómo cruzaré?
- Vamos con la niña, ella es una de sus dos llaves. Y perdóname por haberme enojado antes, no sabía...
- Nada, vamonos de una vez.

La niña se había desmayado, pero se encontraba bien.  Al entrar a la casa cerré mis ojos y pude ver un rincón luminoso. En la medida que nos acercábamos un portal interdimensional se abrió.

- Yo me quedo cuidando a la niña, ve tú por el niño. Este portal no va durar mucho tiempo una vez que lo liberes.

Salté el umbral y volví a ese laberinto de puertas del que había escapado.  El doble del niño parecía muerto en el piso y ese cuerpo venoso se retraía rápidamente.

Corrí todo lo que pude hasta entrar al último cuarto.  Allí estaba el niño, el huevo, la súcubo y en mi espalda el doble de niño!

Con todas mis fuerzas arrojé el doble a la súcubo y los usé de soporte para saltar hacia el huevo.  Usando mis manos, uñas y dientes rompí todas las venas y liberé al niño.

El doble murió al instante y la súcubo daba espantosos gritos de terror. Su mirada reflejaba el miedo que me tenía.

Corrí con el niño por el pasillo que se derrumbaba y lo arrojé. El Doctor lo recibió sin problemas y la luz se cerró frente a mí.

- Qué le parece Doctor, fue así?
- Así mismo fue.
- Bueno, ahora escríbala bien, sin trampas, entendido?
- Ok, así será. Qué vas a hacer tu?
- Buscaré una manera de regresar, lo prometo.
- Vaya testarudo templario milenario que resultaste. Te estaré esperando entonces.
- Mejor mo hagas ni tal, puede ser que me tarde un poquito más.

El Sibarel