Sres. Metro,
Me dirijo a ustedes para expresar mi molestia por los hechos acontecidos el pasado viernes 13, que afectaron seriamente a mi persona.
Subí al metro en Santa Lucía y el único espacio disponible era al lado al lado de un joven muy desaliñado. Una vez allí quedé atrapada y entendí rápidamente porqué venía ese espacio. El mocoso estaba pasado a peo, o marihuana dijo un abuelo, yo no sé.
Sin disimular mi molestia me quedé mirándole fijo y él se hizo el desentendido, hastá que por fín despertó y se sacó una medalla y me la mostró como un loco. Luego se apresuró en salir y empujó a toda la gente, atropellando a un caballero gordito que por la molestia le tiro un puntapié que solo le rozó el pantalón.
La escena me causó risa y seguí el recorrido del joven que me buscó con la mirada y me hizo un gesto horrible con sus genitales y no conforme con ello me arrojó un escupo que por desgracia me cayó en la cara cuando el carro ya había arrancado.
Esto me descompuso, me causó tánto asco que vomité. El caballero gordito tiró la palanca de frento, gritando cabro de miéchica, y cuando se abrieron las puertas salió persiguiendo al mocoso, pero ya no estaba, así que regresó reclamando que si lo alcanzaba le metía el zapato en la r (ustedes entienden). Esto me causó un poco de risa y recuperé el ánimo.
Luego de este desafortunado incidente he decidido que ya estoy muy vieja para aguantar todo esto y por lo tanto no voy a andar más en Metro. Espero, sinceramente, que ustedes sean capaces de resolver que una atrocidad no se repita, y mientras tanto les devuelvo la tarjeta Bip, guárdensala donde mejor les quepa.
Atte., Ms. Blair
Dedicado a la literatura y letras que han dejado alguna huella en lo que soy y puedo ser; pero también he decido incluir aquí algunos de mis propios escritos.