sábado, junio 08, 2013

QR, es mejor no saber

Billy despertó con una gran idea, quería hacer una aplicación para Android que fuera adictiva en el mundo real. Cómo mezclar la realidad y su aleatoriedad con la tecnologia?
Comenzo en su pieza con un pequeño experimento.  Programó en su notebook un algoritmo generador de puntos afin con un patron QR, y luego llenó una hoja carta con este patrón.  Si se miraba de lejos casi parecía el ruido blanco del TV.
Luego generó un marco con los 3 vértices QR y desarrolló un programa que recorriera el archivo generado con este marco y que generara solo las secuencias que fueran coherentes.
Cuando lanzó el programa no imaginaba qué podía encontrar, cerró los ojos, cruzó los dedos e hizo clic. De pronto al terminar el primer tercio del recorrido el marco se puso verde y se grabó en la secuencia la palabra HOLA.  Quedó impresionado.
Cuál era la probabilidad de que en este patrón de puntos existiera una palabra completa? Podría haber encontrado cualquier cosa, pero HOLA parecía casi imposible de creer.
Mientras pensaba en todo esto y en calcular la probabilidad el marco se volvió verde otra vez: TE QUEREMOS.
Billy se congeló. Se sintió mareado por un instante, hasta que pudo volver a respirar. Sin dudarlo apagó el notebook.
Llevaba trabajando 4 horas, era hora de almorzar, solo se habia tomado dos cafés, y quizás su cerebro necesitaba más glucosa.
Tal vez había una falla en su algoritmo generador de puntos, quizás su subconsciente le había hecho trampa, lo que sea que fuera debía contrastarlo con la realidad. Volver a correr el programa podría desencadenar una secuencia de errores que lo desacreditaría. Pero la realidad hablaría por sí sola.
Agregó algunas funciones de zoom al marco para que pasara de rojo a amarillo cuando el patrón de puntos de fondo tuviera el tamaño compatible con el marco y lo descargó en su celular.
Comenzó a recorrer las calles sin una dirección clara hasta que llegó a San Francisco con Santa Rosa, de pronto frente a sus ojos estaba una iglesia franciscana del siglo XVI. Tenía un muro de superficie irregular que se extendía por espacio de una cuadra.
Vaya, esto era más de lo que esperaba así que respiró profundo, lanzó la aplicación, levantó la mano hasta que vibró el equipo y comenzó a caminar.
Durante toda la primera línea no pasó nada, tampoco en la línea de vuelta. Iba a terminar la tercera línea pensando que la prueba sería un fracaso y repansando la falla de su algoritmo cuando escuchó la alerta, sin duda había atrapado un código QR válido.
Muy excitado miró la pantalla: AQUI.  Sintío como si regresara a su habitación, en verdad no podía creer que en patrones al azar hubieran palabras así de claras, por qué no AKI en vez de AQUI.
Su curiosidad era máxima, continuó caminando, recorriendo esta extensa pared y a los 20 minutos, con el brazo agotado, una nueva alerta: ESTAMOS.
Miedo, esa era la sensación que reuía a aceptar. Esto no era divertido, esto daba miedo.
Así que con el tremendo cansancio que tenía, recordando que debió comer algo antes de salir, simplemente se sentó contra la pared.  A los pocos minutos una sombra le hizo levantar la cabeza, era un cura.
- Te sientes bien.
- Si solo estoy cansado.
- Y descubriste algo interesante si quiera?

Billy quedó plop! Qué pregunta era esa? A caso lo había visto?
- Perdón, no entiendo.
- Has caminado más de una hora, ida y vuelta, ida y vuelta, y de pronto te sientas. Ha pasado algo?
- No nada, solo hacía un experimento. {Tal vez no debió decir eso}
- Qué experimento es ese, por qué grabaste la muralla?

Vaya, este cura lo había visto todo, que le podía decir? La verdad era muy loca, no estaba listo aun.

- Acaso encontraste un mensaje?

El miedo volvió, si hablamos de cosas improbables esto era demasiado.

- En serio no conoces la leyenda de esta iglesia? Mucha gente ha venido desde sus orígenes.
- Cuál leyenda? No se nada de eso, yo pasé por casualidad.
- La Tradición cuenta que fue construida en una noche.

Billy penso, es imposible.  Ni un regimiento lo podría hacer en una noche.
El cura viendo que tenía toda la atención del muchacho continuó. 

- Dicen que fueron tres ángeles. Y que nos dejaron un mensaje, que nadie jamás ha encontrado en estos viejos muros.

Billy se incorporó de golpe, su corazón latía con mucha fuerza, sentía su bombeo como si fuera a explotar.

- Qué tienes muchacho? No te vayas.

El cura logró hacerle volver, Billy levantó el celular para mostrarle el mensaje pero trastavilló soltando el celular que voló por los aires.  Sus pasos perdidos lo llevaron a caer hacia la calle al tiempo que el cura alcanzó a tomar el aparato antes de caer.

El pobre muchacho no tuvo tanta suerte. Un bus le atropelló, y su cabeza azotó contra la cuneta dándole muerte instantánea.
Mientras el chofer paraba la máquina, el hombre vestido de negro leía el mensaje, y cuando el chofer bajó para prestar ayuda no encontró a nadie más, solo el cuerpo del muchacho y restos de un celular roto en el piso.

No había nada más que hacer, tampoco había nadie en ninguna parte, así que simplemente se fue, y Billy aparecío en las noticias de la noche como un joven atropellado sin más información.

A veces es mejor no saber.