El capitán del Covidick, el cojo Ahablich, estaba obsesionado el kraken blanco cuyas pulposidades se parecían a una corona con puntas penosas, pues por su culpa había perdido un ministerio.
Decidido a cazar al monstruo subió a su barco a la modelo
Paris Malboro que seguro sería un suculento bocado que atraería al monstruo,
visto en la isla Mocha.
En la mañana del último día antes de zarpar, en el cuarto
N°13 del Hotel Plaza Dignidad, miró por una “ventana” y allí mismo vio al
kraken mirándolo con sus ojos rojos y sin perder tiempo le acuchilló. Así murió
Ahablich.
Sibarel