- Autor: Stéphane Hessel
- Título: ¡Indígnate!
- Bajada: Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica
- Editorial: Destino
- ISBN: 978-956-297-550-1
- Cita: No tiene.
Comentarios del Sibarel
El prólogo de José Luis Sampedro no hizo ningún aporte sustancial al libro, es una lástima pues merecía algo más.
Quiero comentar algunas de las ideas que llamaron mi atención, pues siendo un libro muy corto de apenas 60 páginas no había terminado de sentarme cuando ya lo había terminado.
En la página 23 señala: la defensa de "la libertad de prensa, su honor y su independencia con respecto al Estado, los poderes económicos o las influencias extranjeras". Cierto, esto es fundamental, y el cuestionamiento al que nos invita es si es real o sólo aparente. Buen punto para Hessel, porque si buscamos y viéramos que sólo es aparente entonces deberíamos INDIGNARNOS.
En esa misma página sostiene "la posibilidad efectiva de todos los niños de beneficiarse de la enseñanza más desarrollada". Está claro que son estas mismas ideas conscientes o no, lo que explican la revolución pingüina y universitaria en Chile. Hessel advierte sobre el peligro de alejarnos del ideal de escuela republicana, nos dice que poner la educación al servicio del dinero es un obstáculo para el desarrollo del espíritu creativo y crítico, pero esta idea en realidad no la comparto ni creo en ella.
En la página 28 evoca a al gran Sarte y sus grandes obras, lo pone como un referente, y dada su historia personal, la época que le tocó vivir y lo heróica de su vida, le entiendo bien. Pero en el siglo XXI veo a Sartre como un representante de la revolución personal de los jóvenes en su etapa adolescente, y en lo muy personal pienso que es sentimiento que uno supera en la medida que madura. Hacia el final del libro el mismo planteará las propias dudas del escrito al final de sus días. Por tanto, Sartre no es un referente para el siglo XXI, lo siento aunque me encanta su obra.
En la página 33, no llama la atención sobre el significado del término "universal" en la declaración de los derechos humanos, de la cuál él fue uno de los firmantes. Excelente punto, gracias por recordarlo, pues ningún país a favor o en contra, puede obviar estos derechos por que no siendo internacionales son universales.
En la página 42 hay 2 declaraciones que me gustan mucho "la violencia no es eficaz" y "qué violenta es la esperanza".
En la página 47 nos llama a "una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición de todos contra todos". Y saben qué, tiene razón el hombre, pero en Europa, acá en Chile puede que haya algo de esto, pero no el paisaje completo, y tengo la impresión que la desgracia que nos ha conmovido estos últimos días y ejemplos como el de "Desafío Levantemos Chile" puede cambiar este escenario sin necesidad de la mencionada insurrección pácifica. El ejemplo de Felipe Cubillos es por amor y en libertad, esto es mucho mejor.
Pero hay un punto en las notas del editor, en la página 50, que tiene un similitud preocupante con nuestra realidad y merece nuestra atención y acción: "las pensiones por jubilación han pasado del 75-80% del salario a aproximadamente el 50%". Por lo que veo, esto requiere que actuemos pronto, y en este punto no veo otra alternativa más que la indignación, en ausencia de un lider positivo que nos presente otro camino mejor. Hago votos porque así sea.
En resumen, léan este libro, pero creo que el camino alternativo a la indignación, es el "amor y libertad!" de Cubillos.
El Sibarel, no tan indigando, más enamorado y libre