domingo, noviembre 08, 2009

Los Sueños de Mi Padre


Ficha Técnica

  • Autor: Barack Obama

  • Título: Los Sueños de Mi Padre

  • Subtìtulo: Una Historia de Raza y Herencia.

  • Editorial: Debate

  • ISBN: 978-956-8410-24-7

  • Cita: Pues ante ti somos extranjeros, y estamos de paso, como nuestros padres. – I Crónicas 29:15.

Indice

  • Introducción
  • Los Orígenes
  • Chicago
  • Kenia
  • Epílogo

Comentarios del Sibarel

Es un libro muy entretenido que nos permite ver con los ojos de Barack su historia, momentos únicos de su vida que lo definen y muestran como hombre.

Él mismo indica que su motivación para escribir el libro fue debida a su elección como primer presidente negro de la Harvard Law Review, mientras estudiaba derecho. Su vida en Hawai, luego en Indonesia, para finalmente regresar a los “estados juntos” y de ahí volver a saltar el “charco” para ir a Kenia… increíble.

Su vida como “organizador comunitario” me hizo recordar mis tiempos en Rotaract, claro que las debidas diferencias del caso.

Los quiero dejar con un breve extracto de los miles que se podrían sacar de este libro, para que vean que los seres humanos son iguales en todas parte, sólo cambia en cada persona su capacidad de resiliencia.

Extracto

Era durante esos momentos, cuando la familariedad o el desaliento hacían desaparecer la barrera entre el organizador y el líder, que empecé a comprender lo que Marty quería decir cuando insistía en que tenía que llegar hasta el centro de las vidas de la gente. Recuerdo, por ejemplo, la noche que estaba sentado en la cocina de la señora Crenshaw, engullendo las galletas caseras quemadas que me obligaba a comer cada vez que me pasaba por su casa. Se estaba haciendo tarde, casi había olvidado el motivo de mi visita, y como ocurrencia de última hora decidí preguntarle por qué seguía participando en el PTA tanto tiempo después de tener a sus hijos criados. Acercó su silla hasta la mía y empezó a contarme que había crecido en Tenessee, que la habían obligado a abandonar los estudios porque su familia sólo podía permitirse mandar un hijo a la universidad, un hermano que más tarde moriría en la II Guerra Mundial. Tanto su marido como ella estuvieron trabajando en una fábrica durante años, decía, para que su hijo no tuviera que interrumpir su educación, un hijo que había ido a Yale para graduarse en Derecho.

Una historia fácil de comprender, pensé: el sacrificio generacional, la justa recompensa de la fe en la familia. Sólo cuando le pregunté a la señora Crenshaw qué estaba haciendo ahora su hijo me contó le habían diagnosticado esquizofrenia unos años antes, y que ahora se pasaba los días leyendo periódicos en su habitación, porque temía salir de casa. Mientras hablaba su voz mantenía el mismo tono, era la voz de alguien que había conseguido superar la tragedia.

El Sibarel, ¿qué será mejor: filósofo o político?