Páginas

martes, noviembre 01, 2022

La Mosca

En medio de una noche sin luna, en un rincón cualquiera, una pata alargada sale por fin de su encierro. Luego otra, y otra, y otras más... Hasta que la araña puede contemplar toda la escena.

Como es arriba, es abajo, y la araña alzando su cara ve perfectamente el hálito de una dama que solloza por sus pesadillas. Esa columna cálida le llama la atención, tiene un aroma sutil que no logra distinguir con precisión.

Así comienza su largo caminar hasta llegar a la posición justa para iniciar su descenso. Mientras más baja, mejor percibe ese aroma que le atrae. Alguna vez ya lo había experimentado, pero no lograba recordar.

Poco a poco, sus ideas empezaron a doblarse y lo que en principio era un descenso suave se volvió algo precipitado hasta quedar a escasos centímetros de la boca.  Allí las corrientes eran más fuertes y su embriaguez era evidente.

Todo daba vueltas, giraba sobre su eje enloquecida, la caída era inminente y ese vórtice de flujos enloquecidos la devoraría con total seguridad. Los sollozos empeoraban esta precaria situación.

Fue entonces, cuando una mosca despistada se posó sobre la oreja de la bella durmiente, despertándola con gran sobresalto y consumiendo una inmensa bocanada de aire.

¡Algo tenía en su garganta! Con rapidez prendió la luz y logró sacar lo que más tarde entendería que era una tela de araña. Sin dudar, corrió al baño para ver qué le había pasado.

Mientras tanto, la araña borracha, reía con la mosca que por fin había atrapado, pues si no hubiera sido por ella, muy probablemente la mujer la hubiera tragado, mas su instinto de perfecta cazadora le hizo ir de cacería justo antes de ese abrupto despertar.

Al volver a la habitación, la mujer traía un insecticida para arañas, y al contemplar la mortal escena de la araña comiéndose a la mosca, pensó, Esa araña mató a la mosca que me despertó, visto así, esta araña es mi protectora y vivirá una noche más.

La araña juró nunca más ir a "beber" de esos efluvios alucinantes, ya que ahora le dolía la cabeza y quería vomitar la mosca.

*

El Sibarel, por eso no es bueno dormir con la boca abierta...