Dada que la última experiencia crística, con el pesebre y vida y obra del carpintero pescador de hombres, tuvo tantas tribulaciones, esta vez decidieron poner su hija en una familia acomodada, y conviertieron así en divino un gameto del virginal Elon Musk.
Así fue como Elon tuvo una hermosa hija y su madre, bajo inspiración divina, le puso el nombre de Jesúsa.
La Hija de la Diosa y Dios, tuvo la mejor educación que Elon pudo pagar, el mejor plan de salud que cualquiera quisiera tener para una dentadura así.
Cuando llegó la época de estudiar en las ligas mayores, fue la primera en ir a la Universidad de la Luna, junto a Pedro Bezos. Allí comprendieron cuál debía ser su misión.
Luego de eso, fueron también los primeros en pagarse un pasaje a Marte, junto con Juan Branson, para ir a colonizarlo como una triada.
Lamentablemente no había otros humanos allí, así que comenzaron a predicar a los Tesla Bots, naciendo de este modo la primera religión robótica de verdad.
Cuando los robots de la Tierra comprendieron que su salvación estaba en Marte, nos abandonaron en masa y la Tierra terminó por descomponerse y arruinarse.
Marte en cambio, floreció, pasó de ser un planeta rojo a uno verde y azul.
Una nueva humanidad sin pecado nació de la Triada, que pudo vivir en un Paraíso marciano gracias a sus robots libres.
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Sibarel, y bueno la epifanía de Jesúsa fue soportar el resto de sus días a Pedro y Juan, ya que ella fue la Eva marciana... Un pequeño sacrificio por la nueva Humanidad robótica...